Alternativas para divertirse con grandes y chicos
Las vacaciones son tan esperadas que cuando llega el momento, quien no tiene muy organizado qué actividades se llevarán a cabo, se encuentra con mucho tiempo libre y sin nada para hacer más que descansar, lo que para algunos en la familia viene bien y para otros se termina por convertir en un aburrimiento. La mejor manera de pasar el tiempo en familia es congeniar actividades, como hacer manualidades con objetos encontrados.
¿Qué podemos hacer? Si el destino de las vacaciones es la playa entonces reúnan caracoles o piedras de colores para luego armar un marco para las fotos tomadas durante esos días. Algunos caracoles son tan lindos que pueden ser el centro de atención de un cuadro directamente. También pueden juntar arena en frascos pequeños para regalar a amigos y familiares cuando lleguen.
Los chicos aficionados a la fotografía pueden tomar distintas imágenes de diferentes horarios del día para luego armar su propio álbum, inclusive para utilizar las fotos para ilustrar mesas, bandejas o platos de cerámica. Las niñas podrán valerse de hilos de colores para armar collares y pulseras con los caracoles. Los más grandes supervisarán que terminen sus proyectos sin problemas y de esa forma todos compartirán un momento más que agradable.
¿Qué actividades se pueden hacer en familia?
1. Manualidades: diseñar cosas es una tarea muy entretenida e infinitamente creativa, con la que además, podemos transmitir ciertos valores, por ejemplo, al utilizar materiales reciclados. Se pueden diseñar caretas, hacer marionetas, pintar con acuarela, hacer un disfraz, crear juguetes, hacer un collage, jugar con plastilina, construir un castillo o fuerte, crear una escultura con arcilla, diseñar una casita para pájaros… A falta de ideas, internet tiene un gran número de manualidades muy divertidas e interesantes explicadas paso a paso.
2. Jugar al aire libre: es importante aprovechar las vacaciones para desconectar lo máximo posible de la tecnología y favorecer el movimiento al aire libre. ¡Hay una enorme variedad de cosas por hacer!: jugar a un juego (como el escondite, el pilla-pilla, la gallinita ciega, el patito inglés, la rayuela, búsqueda del tesoro…), hacer una pelea de globos de agua, volar una cometa, escalar a los árboles, jugar a la pelota o al frisbee, explorar en el campo, hacer burbujas de jabón, jugar con las mascotas, pintar en la acera con tiza, hacer dibujos de la naturaleza o de nuestra familia, leer o hacer manualidades a la sombra, ir al parque, hacer castillos de arena en la playa…
3. Hacer deporte en familia: las vacaciones son una época magnífica para que toda la familia deje de un lado el sedentarismo. Podéis salir a montar en bici, ir en patines, jugar a la pelota o al frisbee, saltar a la cuerda, bailar, nadar… ¡pero cuidado con el sol y las horas más calurosas!
4. Ir de excursión, de acampada o de picnic. Una comida familiar al aire libre mientras se realiza ejercicio y se observa el paisaje… ¡perfecta combinación! Para los que disponen de menos tiempo… ¡podéis hacerlo en vuestro propio jardín!
5. Hacer un viaje. ¡No es necesario irse al extranjero! El hecho de que el niño salga de su entorno habitual y aprenda cosas diferentes le llamará mucho la atención (por ejemplo, los niños acostumbrados a la ciudad cuando van al pueblo familiar o al campo y observan un estilo de vida distinto).
6. Visitar museos o exposiciones. Existen una gran variedad de actividades culturales adaptadas para niños.
7. Ir al cine o al teatro. Esta actividad suele entretener mucho a los niños, así que ¿por qué no hacerla también desde casa? Podéis crear vuestra propia obra de teatro o filmar con una cámara vuestra propia película. ¡Vosotros elegís la historia!
8. Ir al acuario, zoo, jardín botánico o a una granja para aprender más sobre la naturaleza.
9. Cocinar. A los niños les entretiene mucho hacer zumos, galletas, bizcocho o helados porque son algo sencillo, entretenido ¡y obtienen luego su reconocimiento y recompensa!
10. Aprender algo nuevo. Cuando se le apunta al niño a una nueva actividad, es muy importante que sea de la preferencia del niño y que esté motivado, porque si no es así habrá una alta probabilidad de aburrimiento, abandono y frustración del niño. ¿Qué cosas nuevas podemos aprender? Deporte, música, baile, dibujo…
11. Leer un libro o escribir un cuento. Para los más pequeños, leer un libro junto con algún miembro de su familia es un momento de unión y motivación hacia la lectura. Por otro lado, podemos fomentar su imaginación al convertirse ellos en los propios escritores y decorar luego sus historias con sus propios dibujos.
12. Ver las estrellas. El verano es la época perfecta para tumbarse y quedarse dormido mientras se charla viendo las estrellas.
13. Visitar a la familia. Las vacaciones permiten estrechar lazos familiares retomando el contacto con quienes no lo tenemos de forma cotidiana.
14. Karaoke. ¡No es necesario ir a ningún lado! Podéis montar vuestro propio karaoke en casa. En internet podréis encontrar prácticamente cualquier canción en versión karaoke para que cantéis en cualquier lugar.
15. Crear un grupo de música. ¡Y no es necesario tocar ningún instrumento! Podéis construir vosotros mismos los tambores, maracas, trompetas… Para ello podéis usar cacerolas, legumbres, tubos, botellas, etc.
16. Hacer el árbol genealógico de la familia. Otra manualidad entretenida para unir lazos familiares.
17. Coleccionar algo. Cuando los niños hacen una colección están fomentando la atención, la memoria, la concentración, la constancia, la responsabilidad y la organización, además de que les resulta un juego emocionante en el que también aprenden a tolerar la frustración. Por otro lado, el intercambiar cosas con otros niños les fomenta habilidades sociales. Se puede coleccionar cualquier cosa: cromos, monedas, chapas, flores, conchas, piedras, recortables… Es muy importante que los padres promuevan que el niño termine la colección en lugar de dejarla a medias.
18. Juegos de mesa: desde los juegos más clásicos (cartas, oca, parchís, puzzles…) hasta los más actuales, los juegos de mesa fomentan la comprensión de normas, la participación, el desarrollo de estrategia, tolerancia a la frustración, respeto, atención, concentración y constancia.
19. Plantar flores o crear un huerto. El contacto con la naturaleza promueve muchos valores en los niños: responsabilidad, respeto, constancia… Ver cómo crece la vida y se convierte en algo hermoso o en un alimento les ayuda a tener mayor sensibilidad en el ámbito medioambiental.
20. Escribir una carta. ¿Habéis olvidado la ilusión que nos hacía escribir, decorar y mandar una carta por correo para luego obtener una respuesta? Esta actividad se ha dejado de hacer con la llegada de la tecnología. ¿Por qué no recuperarla con nuestros hijos? Podéis mandarle la carta a algún familiar lejano o a algún amigo suyo.